Controladores descontrolados

Sinvergüenzas , chantajistas e impresentables. Eso es lo que son los controladores aéreos.  Y aunque quizá sea políticamente incorrecto, me voy a expresar sin tapujos, sin un pelo en la lengua.

Hace aproximadamente un año, el Gobierno se decidió a ordenar razonablemente el sector de los controladores aéreos, y es cierto que llegó tarde, tras legislatura y media al frente del país, pero lo ha tenido la valentía de hacerlo, de cortar de raíz. El 5 de febrero se aprobó un Real Decreto a tal fin, el cuál fue impugnado por los controladores. La Audiencia Nacional, al pronunciarse sobre este contencioso, dictamino:

“La prolongación durante más de 20 años de una situación como la aquí acreditada, el la que se ha utilizado la negociación colectiva en fraude de ley… no constituye un estado de normalidad, sino un estado de excepción permanente, que ninguna Administración responsable debe tolerar.”

“La intervención del legislador no solo era obligada, sino que era imprescindible para corregir en el plazo más breve posible de tiempo, una situación tan calamitosa.”

El pasado viernes 3 de diciembre, el Gobierno aprobó un Decreto-Ley para delimitar dentro de la jornada laboral de los controladores que es lo que se considera actividad aeronáutica, la obligación de los controladores de someterse a revisión médica por los servicios de AENA, cuando aleguen enfermedad o falta de capacidad física o psíquica para la prestación de sus servicios y abandonen su puesto de trabajo.

A media tarde del mencionado 3 de diciembre los controladores aéreos dejaron sus puestos de trabajo de una forma simultanea y masiva. Esta actitud trajo como consecuencia el cierre del espacio aéreo español.

El Gobierno entonces se vio obligado por primera vez en nuestra democracia, a declarar el Estado de Alarma y militarizar el control aéreo. Esta medida permitió que el espacio aéreo de nuestro país se reabriera en menos de 24 horas.

A la conclusión que quiero llegar, es que es muy triste, que los controladores hayan intentado chantajearnos de esta manera, y que ahora, los sinvergüenzas de ellos se hagan las víctimas.