Tras
la abdicación de Juan Carlos I en su hijo, el hoy Rey Felipe VI, nuestro país
ha experimentado un gran debate social en cuanto a la forma de Estado que debe
existir en España: Monarquía o República.
Quienes
defienden que la Jefatura del Estado debe ser un derecho hereditario se escudan
en la tradición y en la estabilidad que otorga la Casa Real. A ello suman el
argumento de que los españoles así lo refrendaron en 1978 con la aprobación de
la Constitución. Sin duda, la situación política de esos años únicamente
posibilitaba la restitución de la democracia a través de una Monarquía
Parlamentaria. Así mismo, hay que decir de que ni siquiera la generación del
actual Rey pudo votar dicha Constitución.
Por
su parte, hay quienes con motivo de la abdicación de Juan Carlos han reclamado
un referéndum más o menos inmediato, para que el pueblo español se pronuncie en
torno a la continuidad de la Casa Real.
Por
último, podemos encontrarnos quienes se dicen republicanos pero que están
comprometidos con el Pacto Constitucional y con Institución monárquica, en aras
a garantizar la convivencia democrática. Yo me pregunto, ¿existe acaso aún
dicho Pacto? En mi opinión aquel Pacto caducó ya hace un tiempo.
Al
Partido Popular “se le llena la boca” a la hora de hablar acerca del consenso
constitucional. Quizá tenemos que recordar que de sus escasos 16 Diputados en
las Cortes Constituyentes, 7 no votaron la Constitución.
Siendo
un republicano convencido, creo que España no se puede acostar monárquica y
amanecer republicana de la noche a la mañana. Hay que ser realista, la
República de España no es viable en un corto plazo, y sinceramente, me
atrevería a decir que es un gran error realizar un referéndum inmediato en el
que se de a elegir entre Monarquía o República. No obstante, ello no quiere
decir que debamos resignarnos, ni mucho menos. Eso sería simplemente caer en el
inmovilismo, y por tanto, caer en otro error. Lo que debemos hacer es definir
que modelo de República queremos para España. ¿Una presidencialista, similar a
la estadounidense, en la que la Jefatura del Estado y del Gobierno recaigan en
una única persona elegida directamente por los electores? ¿O preferimos el
sistema semipresidencialista que tienen nuestros vecinos franceses? ¿O tal vez
nos interesaría más una República Parlamentaria como tienen en Italia o
Alemania, países en los que el Jefe del Estado y Presidente del país se
desvincula de la acción administrativa y ejecutiva, de la cual se encarga el
Primer Ministro o Jefe del Gobierno? Si no tenemos claras estas cuestiones
antes, no podemos reivindicar un modelo de Estado republicano.
Así
mismo, creo que hace falta mucha pedagogía a la hora de reivindicar el modelo
de Estado que queremos los republicanos. No tenemos que manifestarnos
únicamente en las calles o en las redes sociales, sino que tenemos que pararnos
a explicar detenidamente porque creemos que España debe ser una República. Y
sobre todo, no podemos caer bajo ningún concepto en la tentación de reivindicar
una Tercera República con la mirada puesta en la Segunda. No nos podemos permitir
el dividir a las dos Españas. El republicanismo es un modelo de Estado, y no se
es más de izquierdas por el simple hecho de ser republicano. Quitémonos esa
idea de la cabeza, porque sino no avanzaremos y no veremos a España vestirse de
republicana. Pongamos los ojos en países de nuestro entorno pertenecientes a la
Unión Europea: Francia, Alemania o Italia son los ejemplos a seguir.
La República
esta en el horizonte, pero para llegar a ella tenemos que avanzar y afianzar
los pasos que damos. Dejémonos de populismos, de intereses partidistas y
propagandísticos, porque eso no nos hace sino retroceder. Avancemos, definamos
un modelo republicano para España y expliquemos pedagógicamente las razones que
nos llevan a reivindicarlo. Será entonces, y no antes, cuando estemos en
condiciones de vivir en la República de España.
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